La fuente de la juventud de Madonna
Reina del pop. En la Argentina el tratamiento que se hizo Madonna se conoce como “sistema de hilos”.
19.03.2009
“No estoy en contra de las cirugías plásticas pero sí en contra de discutir sobre eso” es la frase con la que Madonna responde a la incógnita de su piel siempre lozana y radiante. Sucede que su cirujano plástico, Alex Karidis, acaba de revelar en una entrevista que la diva del pop se somete a un tratamiento de 30 minutos llamado ribbon lift por el que paga 6.000 dólares y cuya cicatriz se vio en una foto publicada recientemente.
Según explicó el cirujano –nada lerdo a la hora de plublicitarse– se trata de una cinta tubular que se pone debajo de la piel, detrás de la oreja, que va tensando los músculos y tejidos del cuello a los que se sujeta con unos ganchos. A los tres meses la cinta se disimula detrás de la oreja y su efecto tiene una duración aproximada de tres años.
PERO... Lo que parece un tratamiento exclusivo de Beverly Hills en realidad se conoce en todo el mundo como “sistema de hilos”. En la Argentina, donde se lo practica desde hace tiempo, tiene un costo de entre 1.500 y 5.000 pesos según el material que se use y la zona que se desee estirar.
“El ribbon lift es básicamente un nombre de fantasía para lo que acá llamamos sistema de hilos –explica el cirujano plástico Fabián Pérez Rivera, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica–. Se trata de hilos, algunos dentados y otros no, que levantan la parte muscular y la piel y que se pueden colocar para tensar también los pómulos y la cola de la ceja. Las personas de mucha exposición lo suelen usar porque la incisión es invisible y no hay posoperatorio. Pero es pan para hoy y hambre para mañana, porque no es definitivo.”
EN LA ARGENTINA LO DESACONSEJAN. Enrique Gagliardi, profesor de cirugía plástica de la Universidad Católica, coincide en desaconsejar el sistema de hilos: “No es muy bueno porque no se encontró un hilo que no se corte con el tiempo, incluso a veces se corta de un costado primero, y es un material que no se absorbe sino que queda dentro del organismo. No es muy aceptado entre los cirujanos plásticos pero, sin embargo, en nuestro país se utiliza con bastante frecuencia”, concluye.
REFRESHING. Más allá de recomendaciones de expertos o no, lo cierto es que la reina del pop ha ido refrescando su carita a lo largo del tiempo sin revelar sus métodos, al punto de que New York Magazine hizo una tapa tratando de adivinar de qué modo el bisturí la fue transformando.
La periodista que intentó averiguarlo llegó a la conclusión de que la cara de Madonna se repite en muchas otras mujeres que han pasado los cuarenta: Demi Moore, Michelle Pfeiffer, Elizabeth Hurley... Todas ellas, estiradas hasta el límite de lo que la supuesta naturalidad de un rostro lo permite.
“Realmente no tengo idea de qué cirugías se ha hecho Madonna –respondió Liz Rosermberg, su representante, en esa misma nota–. Sólo digo que si bien sé que personas como ella son seres humanos con corazones que laten, también son commodities, y están en el negocio de mejorar el producto, ¡que son ellos mismos!.”
